viernes, 29 de enero de 2010

A mi Churriña....


Hola probando … uno dos probando…

Érase una historia de cuentos de Hadas que en la presente tendrá el privilegio de ser contada a Vuestra Merced, por lo que espero de su infinita Bondad de la cual por la gracia de Dios viene haciendo distinción , disculpe de mi humilde persona todo errar o inapropiada dirección de mis palabras , y ruego tenga en cuenta Vuestra Merced la imposibilidad reflejar mediante pluma y papel los atributos y divinas virtudes que conforman el áurea que acompaña su persona.

Este humilde escribiente desea atreverse dando por sentado vuestro beneplácito a plasmar el cúmulo de desmesuradas sensaciones que despierta su presencia en mi humilde alma.

Bien es cierto que más digno es el camino que hace con buena compañía el caminante que el camino que viene andado. Pues si la vida es camino y el vivir caminar, hemos de ser conscientes de que cuan más digno sea el caminar más lo será el vivir, para ninguna salud por lozana que sea es sano caminar en soledad, afortunado será el caminante que encuentra compañía en su mismo andar…
Maese Sir Silva.

Nada más allá de una realidad no muy lejana existía una persona inquieta por vivir y en cuyo caminar vino a dar a una aldea sin mar pero con puerto, Sería este un puerto de partida para un nuevo caminar. Un puerto sigiloso acechante como un dique en la niebla; venia augurando un nuevo e inesperado viaje.

Era una noche cualquiera, en la que nada hacia prever que algo fuera a cambiar, cervezas y licores silenciosos testigos del devenir, y a pesar de que nada venia destacando en una noche más… como de la nada se dejó entrever una voz desafiante , inquieta , irónica , exploradora… que hacia frente a mi noche, a mi momento, como no podía ser de otra forma el rostro más lindo del lugar era el responsable, y como quien saca la cabeza de una pecera dije :- Cóño!! Y esta de donde sale y de que va… Pero su arrogancia no pasaba desapercibida, estabas aterrizando en mi vida aunque no sabias muy bien como tomar tierra, de manera que como quien aprieta el botón incorrecto me ví en la satisfecha necesidad y determinación de mirar en otra dirección… pero como res persiguiendo el capote del atrevimiento seguiste atentando contra mi integridad moral, no podía ser cierto cuando no había arena en la que lidiar.
Resuelto y seguro de mi, me ví obligado a dirigirme a ti como quien enseña la espada de matar:-Tía te estoy hablando??? Me estoy dirigiendo a ti?? No. verdad pues pasa de mi vale, déjame en paz…

Satisfecho volví a mi banquillo con tu compungido rostro tatuado en mi retina…
Satisfecho por ganar un asalto como quien gana una batalla en una guerra que no existe.

Esta situación de guerra fría parecía haber surtido efecto y tus pasos venían a ser más comedidos, como quien se inmiscuye en una asamblea de guerra, poco a poco más y más cartas fueron mostrando su contenido sobre la mesa. Un montón de pistas inútiles, innecesarias, superficiales… pretendían describir al enemigo, nada más allá de dar una imagen muy muy lejana de los contendientes. Nada parecía gestarse en el campo de batalla, si en cambio se podían percibir innumerables minas antipersonales que amenazaban en el caminar de la noche a la hora de ser pisadas en el discurrir de las palabras, cada detonación sonaba como quien hunde banderillas en la conciencia con el empuje de una tentadora y dulce ironía. Ningún ataque a nuestras personas quedó sin respuesta aún no siendo poseedores de las cartas usadas en cada baza, insistimos en tirarlas con fuerza sobre el tapete…
Pero como si de repente en esa guerra solo estuviéramos dos hubo de escucharse el silencio propio de un alto el fuego, un silencio que gritó más que nadie en el momento en el que dos labios arrastraron a dos personas deteniendo el flujo espacio tiempo. Una inyección de pasión llevó a repetir el alto el fuego con el mismo ímpetu del sediento que encuentra agua en el desierto, como el tren que se detiene en la última parada, o como esa sensación inmediatamente anterior a ese momento en el que es imposible detener un martillazo en un dedo.

No pasó la noche más rápido de lo que quisiéramos pero si sentó peligrosos precedentes para nuevas contiendas…

Más en próximos capítulos.

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